La Dakar sbarcherà in Arabia Saudita per la prima volta nella sua storia dal 5 al 17 gennaio 2020 e i due team di riferimento non hanno voluto perdere le poche opportunità disponibili per avventurarsi nelle terre del Medio Oriente.
L'organizzatore del mitico raid, la Amaury Sport Organization (ASO), ha vietato ai concorrenti qualsiasi tipo di test sul territorio della gara al punto 24P.2 del regolamento 2020, ma lascia aperta la possibilità di concedere un permesso speciale nel caso di una richiesta "dettagliata".
I primi a correre in terra saudita sonon stati la Toyota ed il Team Overdrive, rispettivamente con Fernando Alonso e Yazeed Al-Rajhi, che hanno partecipato al Rally di Ula Neom all'inizio di novembre. Ora, stando a quanto ha appreso Motorsport.com, sarà la volta di Stephane Peterhansel e Carlos Sainz.
Il 13 volte vincitore della Dakar sarà questo fine settimana al Rally di Riyadh (28-30 novembre) insieme alla moglie Andrea Mayer, con la quale correrà per la prima volta nell'edizione di quest'anno, dopo quasi due anni di preparazione.
I Peterhansel saranno accompagnati da Yasser Bin Seaidan, un pilota saudita che è in lotta per il titolo nazionale con Al-Rajhi. Seaidan farà il suo debutto sul buggy invece di correre con la solita 4x4, utilizzando la vettura lasciata libera di Cyril Despres dopo il quinto posto nella Dakar 2019.
Dal 12 al 14 dicembre sarà la volta di Carlos Sainz e Lucas Cruz, che correranno con un'altra delle vetture due ruote motrici del team tedesco, affiancando a loro volta Bin Seaidan nello Sharqiya Rally, ultimo appunto del campionato saudita.
Il Team X-Raid utilizzerà questi due appuntamenti come test per i suoi due piloti di punta, cercando di perfezionare i propri buggy, che lo scorso gennaio hanno avuto diversi problemi di affidabilità. Il principale, quello al sistema di gonfiaggio e sgonfiaggio, sembra essere stato completamente risolto dopo una modifica che ha dato esiti positivi al Rally del Marocco dello scorso ottobre.
La primera etapa no tiene nada que ver con un simple calentamiento, todo lo contrario. Es un condensado del conjunto de los elementos que caracterizan esta edición: pista rápida, recorrido sinuoso, dunas y terreno pedregoso. Tanta variedad invita a no subestimar este mini Dakar.
Sus numerosos tramos rodados hacen que el reto del día sea técnicamente accesible. Pero las especificidades de la navegación saudí comienzan a hacerse notar. Hay que marcarse nuevos puntos de referencia cuando la variedad de pistas provoque confusión. Para las motos y los quads también es la primera parte de la etapa Supermaratón.
El bucle de salida de la futura megalópolis de Neom es una joya. Llevando a los participantes a los confines de la frontera jordana, el rally propone una sucesión de cañones y montañas que explorarán sobre una alfombra de arena. En esta especial, el Dakar se elevará a su punto más alto: 1.400 metros de altitud.
El menú alterna pasos arenosos y tramos empedrados a partes iguales, todo ello sobre pistas generalmente rodadas. No obstante, no deberá confundirse velocidad con aceleración, ya que la dura navegación se encargará de realizar una clara selección. En el tramo de enlace, a los que les gusten las antigüedades podrán sacar la cámara para fotografiar de cerca los templos nabateos.
En el paisaje arenoso del día, las rocas especialmente voluminosas servirán como punto de referencia para evitar fallos de navegación que puedan costar caro. Menos técnicas, pero igual de impresionantes que las dunas, se alzarán ante los pilotos gigantescas colinas de arena. Los descensos, a veces salpicados por arbustos aislados exigirán afinar aún más la conducción.
El cambio de paisaje es radical. Esta vez, la especial es 100% arena y fuera pista. Después de una primera parte más bien rápida, los expertos en dunas tendrán cierta ventaja. Especialmente aquellos pilotos que hayan forjado su pericia al volante en el desierto del Sahara. Después... un merecido descanso.
La vuelta al trabajo impone... la especial más larga del Dakar es también una de las más variadas. Dunas desperdigadas por todo el recorrido que deberán abordarse atravesando a su vez pequeñas franjas de dunas de varios kilómetros. Entre medias, se alternan el fuera pista y sectores en los que los numerosos cruces exigirán a los copilotos máxima concentración. ¡Sin prisa... pero sin pausa!
El circuito del día permite virar la odisea hacia el sur. Allí los participantes se moverán por paisajes de montaña, cañones y sorprendentes contrastes de colores: piedras negras sobre arena blanca, por ejemplo... Los amantes de la velocidad en estado puro podrán dar rienda suelta a su pasión con un tramo de 40 kilómetros en línea recta que podrán recorrer a todo gas. Las franjas de dunas del día exigirán una extraordinaria destreza.
El Dakar prepara su entrada en el “Empty Quarter” con este largo trayecto. Para lograrlo, se requerirá precisión en el pilotaje, esta vez en suelos mayoritariamente duros y quebrados que podrán a prueba a los imprudentes. Al llegar a Haradh, un enclave construido en base al petróleo y la agricultura, el rally entrará en una nueva secuencia.
La etapa maratón impone el dominio de la cualidad más importante para un piloto de rally raid: la gestión de la resistencia. La especial de la primera parte sumerge a los pilotos y sus tripulaciones en las inmensas explanadas en fuera pista del “Empty Quarter”. Es preciso no perder tiempo ya que los 30 últimos kilómetros están íntegramente trazados entre dunas. ¡Y la noche cae deprisa! Al llegar, solamente se permite la asistencia entre participantes.
Atentos a las vistas: la jornada comienza con un espectáculo que se extiende durante 80 kilómetros por las dunas más bellas del país. Una extensión en la que será arriesgado quedarse demasiado tiempo parado en la arena, en posición de espectador. A continuación, los participantes rodarán sobre las huellas de los pioneros que exploraron la región en la búsqueda del oro negro. Fin de la etapa maratón.
La serenidad será la mejor aliada en esta última etapa en la que las posiciones en la cima de la tabla aún pueden cambiar por completo. En los 100 últimos kilómetros vuelven los juegos de pistas que ya habrán provocado serios quebraderos de cabeza a los navegantes la semana anterior. ¡Hay que tener cuidado! Una especial de 20 km, que no afectará a la clasificación general, designará además al ganador del “Qiddiyah Trophy” justo antes de subir al podio final.
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